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Siguiendo a Jesús y a Emilia

A mediados de diciembre, las voluntarias de todo Montreal van a la prisión para preparar las bolsas de regalo con las donaciones recibidas o con artículos comprados con el dinero recolectado, para que cada una de las mujeres privadas de libertad tenga la oportunidad y la alegría de vivir buenos momentos a pesar de su situación particular.

Yo estaba en la cárcel y ¡vinieron a mí!

Desde hace algunos años, hacia el final del mes de octubre, las Hermanas de la Providencia (las voluntarias para el Centro de Detención de Leclerc, en la ciudad de Laval y antiguamente la Prisión Tanguay) utilizamos la generosidad habitual de nuestras compañeras Hermanas de la Providencia de la Casa Madre y los de los alrededores, así como de otras congregaciones religiosas (unas quince) que viven en nuestra gran  casa.

Sí, solicitamos su ayuda para recolectar donaciones (materiales o en dinero) con el objetivo de preparar una «bolsa de regalo» para cada una de las numerosas detenidas (alrededor de 240) de la Prisión Leclerc. En este entorno de vida especial, no todo es aceptado, pero las voluntarias regalan con su corazón y la amistad que han formado a lo largo de las semanas y de los meses en los que han atendido a la misa dominical del sábado por la tarde.

A mediados de diciembre, las voluntarias de todo Montreal van a la prisión para preparar las bolsas de regalo con las donaciones recibidas o con artículos comprados con el dinero recolectado, para que cada una de las mujeres privadas de libertad tenga la oportunidad y la alegría de vivir buenos momentos a pesar de su situación particular.

El 24 de diciembre que viene, las voluntarias, el Comité Pastoral y las detenidas que lo desean se encontrarán en la capilla para vivir, con una celebración eucarística específica para Navidad, el aniversario de Jesús, el Emmanuel (Dios con nosotros y en nosotros).

A continuación, las mujeres privadas de libertad regresarán a su sector respectivo para recibir los regalos distribuidos por las voluntarias.

Es con alegría e incluso con una emoción palpable que las amigas de Jesús y nuestras amigas, recibirán el fruto de la recolección de donaciones, que habremos complementado con la compra de varios artículos permitidos en este ambiente especial.

Siguiendo a la beata Emilia Tavernier Gamelin, que visitaba a los presos políticos en su tiempo, viviremos la Navidad cerca de verdaderas pobres, aproximándonos a Jesús, y por hacerlo recibiremos mucho más de lo que damos.

Claudette Chénier, sp., Voluntaria en el Establecimiento de Detención Leclerc en Laval