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La vida en la Escuela Émilie-Gamelin, Torbeck, Haití

Tenemos mil y una razones para dar gracias a Dios por todo cuanto ha hecho por nosotras. Durante el difícil período vivido en Haití en los últimos meses del año 2019, no teníamos la certeza de que la Escuela Émilie-Gamelin seguiría funcionando, debido, en particular, al clima de agitación social causado por escasez y la carestía del combustible, a la carestía de la vida, a la inseguridad y a todo lo demás.

Sin embargo, mantuvimos nuestra confianza en Dios Providente, de tal suerte que los niños pudieran seguir estudiando y no perdieran su año escolar. Después de quince días de suspensión de las actividades, y siempre vigilantes, decidimos que la escuela siguiera funcionando y recibimos el apoyo del Comité de Padres de Familia. Con su ayuda, y con la motivación de los profesores, quienes se oponen a que los niños sigan siendo víctimas de esta situación, continuamos las labores hasta el lunes 23 de diciembre de 2019, día en que se hizo la entrega de las libretas de calificaciones.

Aunque el año no había empezado bien y el futuro parecía incierto, todo llegó a buen término. Con el fin de clausurar el primer período, ese lunes 23 de diciembre los niños presentaron, ante los padres de familia y el personal de la escuela, un pequeño espectáculo.

Los alumnos desde el primer año escolar hasta el tercer año de primaria, recitaron poesías, cantaron y bailaron, entre otras actividades.

Al culminar el espectáculo, que estuvo animado por hermana Jude Merline Bernard, un alumno de tercer año de primaria expresó, en nombre de toda la escuela, los deseos de Navidad a los padres de familia, quienes con gran alegría acogieron los talentos de sus hijas e hijos. Luego de este bello espectáculo, entregamos a los padres las libretas de calificaciones, y a los alumnos un pequeño regalo de parte de la comunidad local de Santa Verónica; hermana Nathalie Jean Philippe se disfrazó de Papá Noel para distribuir a los niños estos regalos.

Nos encontramos parcialmente satisfechas de los resultados, pero tenemos en cuenta la situación del país. Asimismo, debemos asumir la responsabilidad de varios niños que no obtuvieron el promedio exigido.

En la escuela, la nota promedio para pasar una materia es 6, y por ello, todo alumno que obtenga una nota inferior debe ir a recuperación, con el fin de que pueda nivelarse antes de que sea demasiado tarde. Además de los resultados de los niños, estamos también satisfechas con la colaboración del personal de la Escuela Émilie-Gamelin, y de manera particular deseamos expresar nuestro agradecimiento a la comunidad de las hermanas de Santa Verónica, por la calidad de su presencia. Como joven institución, son muchos los desafíos que debemos enfrentar con el apoyo de unos y otros, pero sobre todo si contamos con el de la Congregación entera de las Hermanas de la Providencia, estamos seguras de que alcanzaremos el objetivo esperado: «Juntas por una educación de calidad».

Agradecemos a toda la Congregación, como también a las miembros del liderazgo provincial y del liderazgo general, por la constante atención que le han brindado a la Escuela Émilie-Gamelin. Y muchas gracias a todas las hermanas que, de una u otra forma, colaboran para que la obra progrese y se haga más visible su presencia en Haití.

Mèsi anpil, anpil (muchas, muchas gracias). Que nuestro Dios Trino y Providente nos siga protegiendo y permita que nuestro amor y nuestra pasión por la Misión Providencia sean en el mundo cada día mayores.

«Providencia de Dios, gracias te damos por todo.»

Eugena Nogaüs, sp.