FR EN
Regresar a la lista

Carta al Primer Ministro Justin Trudeau

Señor Primer Ministro:

En estos momentos en que el país se prepara para reactivar la economía luego de la larga pausa de confinamiento, tenemos la oportunidad de comenzar de nuevo pues se ha demostrado que muchas personas pueden trabajar juntas en aras del bien común. El Círculo Nuestra Señora de Guadalupe lo invita a rescatar el momento decisivo de cooperación que se vivió durante las recientes negociaciones con los jefes hereditarios de los Wet’suwet’en, que condujeron a un resultado positivo como fue la conclusión entre las partes de un protocolo de acuerdo sobre las medidas que permitirán la implementación del fallo Delgamuukw-Gisday’wa, emitido por la Corte Suprema en 1997. Unimos nuestra voz a la de los otros líderes espirituales que han estado exigiendo un diálogo pacífico y respetuoso.

El Círculo Nuestra Señora de Guadalupe es una coalición católica compuesta por indígenas, obispos, miembros de movimientos laicos, del clero y de institutos de vida consagrada, comprometidos con la renovación y la promoción de las relaciones entre la Iglesia católica y los pueblos indígenas de Canadá. El Círculo se conformó en 2016 como respuesta católica a las conclusiones de la Comisión de Verdad y Reconciliación.

Un progreso mayor debe darse en todo el país para la implementación práctica de los derechos y títulos de las Primeras Naciones sobre sus tierras y territorios tradicionales. De hecho, los bloqueos y otros actos de solidaridad son signos de frustración ante la lentitud de los progresos de la reconciliación. Por ejemplo, veintitrés años fueron necesarios para empezar a implementar el fallo Delgamuukw-Gisday’wa, y por ello exhortamos a su gobierno a que aproveche este nuevo momento para continuar el diálogo dentro del espíritu del fallo de la Corte y de las decisiones conexas.

En efecto, un diálogo deferente y sin presiones, que respete las formas de proceder de cada parte, y una atmósfera que lo favorezca, constituyen aspectos espirituales importantes para encaminarse en la buena dirección. El hecho de apoyar una dimensión espiritual en el diálogo puede retrasar las cosas, pero consideramos que a largo plazo es la mejor manera de garantizar el compromiso de las partes y de mantener el respeto de la reconciliación. Este enfoque espiritual, inscrito dentro del marco de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, contribuirá también a la construcción de una comprensión pública común de los derechos de los pueblos indígenas y de los tratados. Esto sirve de fundamento para la reconciliación, la ecología y el desarrollo económico respetuoso de la tierra. Todos juntos podemos, de esta buena manera, construir un mejor futuro.

Liderados por los propios indígenas, las y los canadienses, incluyendo las iglesias cristianas, han recorrido un camino bastante largo en el trabajo de reconciliación entre los pueblos indígenas y no indígenas. Sin embargo, queda aún mucho camino por recorrer y por ello lo instamos a seguir dialogando, consultando y tomando decisiones comunes de manera tranquila y respetuosa, es decir, de manera espiritual.

Con mi gratitud por su dedicación al bien común y al exigente trabajo del servicio público,

Sinceramente,

Arz. Murray Chatlain, copresidente
Arquidiócesis católica romana de Keewatin-Le Pas

 

Rosella Kinoshameg, copresidenta,
Primera Nación Wiikwemkoong

 

c.c.    Hble.  Andrew Scheer

Jefe de la oposición oficial

 

Jefe Nacional Perry Bellegarde Asamblea de las Primeras Naciones

Círculo Nuestra Señora de Guadalupe