Espiritualidad Providencia
Evangelio del 4 de junio de 2023 según san Juan 3, 16-18
¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Único, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él. Para quien cree en él no hay juicio. En cambio, el que no cree ya se ha condenado, por el hecho de no creer en el Nombre del Hijo único de Dios.
Reflexión sobre el Evangelio del 4 de junio de 2023 –
Evangelio de Jesucristo según san Juan 3, 16-18
Reflexión:
El claro y significativo mensaje que recibimos en estas palabras es que tanto amó Dios al mundo que nos entregó a su Hijo único. Dios es Amor y por ese puro amor nos regala su Palabra, el Verbo que se hizo carne por nosotros, la comunicación de Dios, la Palabra se nos acerca y nos regala la salvación, nos regala la plenitud, nos regala el conocimiento más profundo de Dios a través de Él mismo encarnado por Amor… pero ¿para qué? ¿con qué objetivo? ¿con qué intención? Solo para que seamos felices, para sentirnos en unidad con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, para que tengamos fe y creamos en quien nos vino a redimir. Jesucristo trae la salvación para todos, hombres y mujeres, pero asimismo nos invita a tener una profunda fe, confiada, abandonada en Dios, lo que supone también una vida entregada a los mandamientos y preceptos del evangelio. El Amor de Dios es infinito, inconmensurable, es tan grande que nos proporciona un camino de salvación en su único Hijo.
El mayor don que Dios nos hace a la humanidad es su propio Hijo, su propio Hijo que nos hace presente el plan de salvación y felicidad que Dios Providencia quiere para cada uno de nosotros. Un plan de amor y salvación que se teje en el día a día de nuestra vida, en la medida en que vayamos cumpliendo el querer de Dios en nuestra propia historia de salvación, invitándonos en todo momento a que abramos nuestro corazón a la oleada de esperanza y dejemos brotar la vida nueva,[1] la ilusión, el sueño de Dios.
El versículo 16 resume el mensaje central del cristianismo… porque tanto ha amado Dios al mundo que le ha dado a su Hijo Único para que quien crea en Él no muera, sino que tenga vida eterna…Dios quiere que todos nos salvemos y para eso nos regala el Amor verdadero que nos conduce al amor eterno. Conocer y amar al Hijo de Dios nos significa despertar a la vida y entrar en un proceso de creer profundamente, de sentirnos privilegiados por el amor y adentrarnos en la esperanza de la vida eterna. Como las Mujeres del Alba[2] que son sostenidas por la esperanza y avanzan sin miedos, llenas de coraje porque creen en el que las ha amado y les muestra el tránsito hacia la vida verdadera y hacia la plenitud. Ayúdanos Señor, a penetrar en tus misterios y a hacer de nuestra experiencia de fe una experiencia de amor que abraza la vida verdadera, la vida en Dios uno y trino, en Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, acogiendo este gran regalo de amor y de salvación que nos impulsa a la vida verdadera, al encuentro verdadero con el resucitado que nos lleva a reafirmar nuestro compromiso de amar y servir a las personas más pobres de la sociedad y mirar al presente y al futuro con renovada esperanza propendiendo siempre a la paz y a la unión.[3]
Hermana Gloria García, sp
[1] Capítulo General 2022.
[2] Horizonte Inspirador. Mujeres del Alba. La osada esperanza al despertar la aurora CLAR 2022-2025
[3] Bernarda Morin: “Propender siempre a la paz y a la unión”