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Misión en acción en El Salvador

Hermana Marita Capili nació en Filipinas y forma parte de la Congregación de las Hermanas de la Providencia. Desde hace dos años, su ministerio se encuentra en El Salvador, en la región Bajo Lempa, departamento de Usulután, donde es presidenta y administradora de un programa de becas cuyo objetivo principal es apoyar y facilitar la educación y la formación de los jóvenes a través del programa Providence Scholarship (Becas Providencia).

Cada día vive su misión en acción: «A principios de 2017, participé como observadora en la 55a sesión de la Comisión de desarrollo social de las Naciones Unidas, que se celebró en Nueva York del 1 al 10 de febrero. Escuché el diálogo abierto y el intercambio de ideas expresadas por representantes de diferentes países. Estos hablaron de sus avances, de sus desafíos, de las causas profundas de la pobreza y de sus planes de acción.

A mi regreso a El Salvador, compartí mi experiencia de la Naciones Unidas con nuestros 80 estudiantes y organicé un intercambio con ellos sobre el tema de la sesión de la ONU a la que había asistido. Encontré un vídeo en español en YouTube acerca de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible el cual me ayudó a transmitir a estos jóvenes salvadoreños el mensaje y la urgencia de este movimiento global.

En el marco de nuestro programa de becas, cada estudiante participa en un proyecto de servicio comunitario, teniendo como objetivo ya sea la protección del medio ambiente, un ministerio pastoral, actividades deportivas con niños, clases de alfabetización a personas mayores (ver foto), tutoría a niños de edad escolar u otros servicios.

Además, examinando el conjunto de las estrategias de las Naciones Unidas para eliminar la pobreza y lograr el desarrollo sostenible, pudimos identificar nuestra contribución al programa de las Naciones Unidas mediante nuestros proyectos locales del programa Amor Solidario.

Mi visita a las Naciones Unidas también me ayudó a tomar más consciencia  de la importancia de recoger, evaluar y compartir datos sobre nuestras realidades sociales y económicas. Estos datos nos permiten interpretar los signos de los tiempos y las necesidades de nuestros hermanos y hermanas.

Al principio, creía que los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible1 establecidos por las Naciones Unidas eran muy ambiciosos; pero al final de mi estancia en Nueva York, me di cuenta de que podemos ser muy ambiciosos colaborando con la visión de Dios para la humanidad y toda la creación. Podemos hacer todo lo que podamos, y luego dejar que nuestro Dios Providencia haga lo imposible. »

  1. 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible: http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/