En 1843, Esther tiene veinte años cuando se entera que monseñor Ignace Bourget, obispo de Montreal, ha fundado una nueva comunidad religiosa femenina: las Hijas de la Caridad, Siervas de los Pobres, también conocidas como las Hermanas de la Providencia. Una idea brota y al final del mismo año, Joseph Pariseau presenta su hija a Emilia Tavernier-Gamelin, superiora de la Congregación, diciéndole: «Señora, le traigo a mi hija. Sabe hacer de todo, (…) puede leer, escribir y sacar cuentas correctamente. Puede cocinar, coser e hilar, y hace bien todos los quehaceres domésticos. Señora, ella ha aprendido carpintería conmigo y puede manejar las herramientas tan bien como yo. Algún día, ella podrá ser una buena superiora. »
Como novicia, se capacita como enfermera en la farmacia y en la enfermería de las hermanas. También ayuda a la tesorera. Esther profesa sus votos el 21 de julio de 1845 y recibe el nombre religioso hermana Joseph. Empieza como directora de las pensionistas ancianas, luego pasa a ser responsable de las finanzas de la Comunidad. Al final de la década del 1840, también es encargada de la atención a las hermanas que padecen de tifus. Este es el ministerio que la lleva a estar junto a la cama de Madre Gamelin quien padece de cólera, durante la agonía de ésta en 1851. Después de la muerte de la fundadora, hermana Joseph demuestra ser un elemento muy valioso durante los años difíciles que siguen. En 1852, es nombrada asistente de la nueva superiora de la Congregación, Madre Caron.