
En Quebec, provincia canadiense natal de Emilia Tavernier-Gamelin, fundadora de las Hermanas de la Providencia, centenares de jóvenes respondieron a la llamada a la vida religiosa, siguiendo los pasos de la fundadora. Se las ingeniaron para ofrecer a la sociedad y la Iglesia, su talento y su pericia tanto en los servicios de educación, como en los de salud y en los servicios sociales. Han sido instrumentos importantes de la evolución de la sociedad, ayudando a los desamparados a salir de la indigencia.
Las Hermanas de la Providencia fueron rápidamente llamadas a extender sus actividades ya que las necesidades eran muchas y urgentes. Profundamente impregnadas del carisma de su fundadora, respondieron al grito de las personas necesitadas, ya sea en zonas urbanas o en lugares más remotos y pobres. A menudo aceptaron ir adonde nadie podía o quería ir. Las hermanas viajaron a caballo, en carreta, en tren, en barco y hasta en trineos tirados por perros, para ir en ayuda de los necesitados, desde Alaska hasta el sur de Chile.
Chile

El 18 de octubre de 1852, Madre Bernarda Morin (Venerance Morin Rouleau, 1832-1929) y cuatro compañeras parten hacia el territorio de Oregón a petición del obispo de la región. Encontrándose en la imposibilidad de instalarse en Oregón, suben a bordo de otro barco rumbo a Montreal, porque en esa época aun no hay trenes que atraviesen América del Norte. Hacen escala en Valparaíso, Chile, el 17 de junio de 1853.
Sin conocer las costumbres o el idioma de esta tierra, aun así las hermanas deciden responder a las necesidades urgentes de los pobres, a petición del obispo local que ve en ellas un signo de la Providencia. Se hacen cargo de un orfanato en Santiago será la primera de las muchas casas de la Providencia en Chile. El 17 de marzo de 1880, un decreto apostólico de la Santa Sede constituye a las Hermanas de la Providencia de Chile en una nueva Congregación separada de la Congregación de Montreal. El 7 de diciembre de 1905, las Constituciones de las Hermanas de la Providencia de Chile son aprobadas definitivamente por el Papa Pío X. Se llamarán durante casi cien años Hermanas de la Providencia de Chile, sin que su Carisma o su espiritualidad se aparten del espíritu de Madre Gamelin. Con los años, las Hermanas de la Providencia de Chile abren escuelas, colegios, internados, orfanatos y hospicios para personas mayores en todo Chile.
.
.
.
Vermont (Estados Unidos)

El 1 de mayo de 1854, la diócesis de Burlington, Vermont , Estados Unidos, construye un edificio donde se ubica Providence St. Joseph , un orfanato del que se encargan las las Hermanas de la Providencia venidas desde Montreal. Ahí, ellas acogerán y se encargarán de los niños hasta fines de los años 60. Fuera de esta primera obra, las Hermanas de la Providencia extenderán su acción a través del estado de Vermont, multiplicando sus obras en educación, salud y servicio social.
Noroeste de Estados Unidos

Después de la primera misión a los Estados Unidos que había resultado infructuosa, Madre Joseph del Sagrado corazón (Esther Pariseau, 1823-1902), acompañada por cuatro Hermanas de la Providencia, llega al territorio de Washington, Estados Unidos, en diciembre de 1856. Menos de un año después de su llegada, estas hermanas fundan el primer hospital y una de las primeras escuelas en Vancouver, Washington.
Durante los 46 años que siguen, Madre Joseph y las hermanas responden a las necesidades de la población de la región, mediante el establecimiento de hospitales, escuelas, orfanatos y hogares para ancianos y discapacitados mentalmente. Las Hermanas de la Providencia del Noroeste de Estados Unidos extienden sus ministerios hacia el este en Montana e Idaho, hacia el sur, en Oregón y California, hacia el noroeste Canadiense y en Alaska, ofreciendo sus servicios a toda persona que los necesita.
Oeste de Canadá

El 6 de julio de 1886, las Hermanas de la Providencia establecidas en el noroeste de los Estados Unidos cruzan la frontera norte del país y fundan un hospital en New Westminster, Columbia Británica. Es su primera misión en el oeste de Canadá.
Con la llegada de varias hermanas de Montreal, las obras de las Hermanas de la Providencia en Canadá occidental se multiplican rápidamente, extendiéndose al este hasta las Praderas (provincias centrales del país: Alberta, Saskatchewan y Manitoba) y el territorio de Yukón al norte. Como en todas partes adonde han ido, se encargan especialmente de proporcionar atención y comodidad a las personas ancianas, las personas en situación de calle y a los huérfanos, principalmente dándoles atención médica y haciendo visitas a domicilio. También enseñan en escuelas indígenas. Además de realizar sus ministerios en ciudades grandes como Vancouver y New Westminster en Columbia Británica, Calgary y Edmonton en Alberta, trabajan en zonas rurales y remotas, donde la falta de recursos las obliga a desarrollar una gran capacidad para la inventiva y el ingenio.
Hermanas de la Providencia de San Vicente de Paúl en Kingston, Ontario (Canadá)

A mediados del siglo XIX, el obispo de Kingston, Ontario (Canadá), se comunica con las Hermanas de la Providencia de Montreal para ver si podrían iniciar obras para ayudar a los ancianos y los huérfanos de su ciudad. Cuatro Hermanas de la Providencia llegan a Kingston en diciembre de 1861 para participar en la fundación de una comunidad, las Hermanas de la Providencia de San Vicente de Paúl. Después de haber formado a las hermanas de la nueva congregación a las costumbres y Reglas de San Vicente de Paúl como las viven las Hermanas de la Providencia y haber comenzado algunas obras, las hermanas fundadoras regresan a Montreal el 14 de septiembre de 1866.
Hermanas de Nuestra Señora de los Siete Dolores (1887)

Desde 1851, hermana Albine Gadbois (1830-1874) se dedica a la obra con personas sordas mudas, para la enseñanza a las niñas sordas, respondiendo así a una necesidad en esta segunda mitad del siglo XIX. La Institution des Sourdes-Muettes de Montréal (Institución de las Sordomudas de Montreal) abre en 1851; tres hermanas de la familia Gadbois, también Hermanas de la Providencia contribuyen al desarrollo del establecimiento.
Algunas de las jóvenes que viven en la Institución manifiestan el deseo de entrar en una comunidad religiosa. El 1 de abril de 1887, las Hermanas de la Providencia erigen un noviciado en la Institución de las Sordomudas y fundan la comunidad ahora conocida como las Hermanas de Nuestra Señora de los Siete Dolores (s.n.d.d.).
El ministerio de esta comunidad se dirige a las personas sordas o con problemas de audición. Están involucradas en la pastoral para personas sordas, en el acompañamiento de personas mayores sordas y varias organizaciones caritativas relacionadas con la comunidad sorda.