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Día Mundial de la Vida Consagrada – 2 de febrero de 2024

En 1997, el papa san Juan Pablo II instituyó un día de oración por las mujeres y hombres de vida consagrada. Esta jornada, que se celebra el día de la Fiesta de la Presentación del Señor en el templo, tiene como propósito resaltar el don que son para toda la Iglesia las personas consagradas, tal como lo hiciera María cuando presentó a Jesús en el templo.
Nosotras, las Hermanas de la Providencia, estamos eternamente agradecidas con la beata Emilia Tavernier Gamelin, nuestra Fundadora, quien, igualmente, se entregó por completo al servicio de Dios.

Desde su más tierna edad, iniciada por su madre, Emilia se complacía recibiendo a los mendigos y a todo aquel que tocara a la puerta pidiendo «caridad por el amor de Dios». Siempre a la escucha de la voluntad de Dios para ella, contrajo matrimonio a los 23 años de edad con Jean-Baptiste Gamelin, un cultivador de manzanas, de 50 años de edad, reconocido por su amor y generosidad hacia los pobres.

De esta unión nacieron tres hijos, pero la Providencia tenía otros planes para Emilia y entonces algunas enfermedades infantiles le arrebatarían los tres angelitos a esta madre acongojada, quien, además, perdiera a su esposo el 1de octubre de 1827, tras solo cuatro años de felicidad.

¿Qué será de Emilia? Con 28 años, joven y llena de energía, siempre impulsada por su deseo de entrega… su director espiritual, el señor Bréguier, conocido como Saint-Pierre, p.s.s., la anima y la invita a rezar a la Virgen de los Dolores. Después de un tiempo de meditación, Emilia retoma fuerza y valor: ¡había encontrado su camino! Socorrerá a las personas que viven en la miseria y participará en diversas asociaciones caritativas ya bien establecidas en Montreal. Empieza entonces a visitar a los ancianos, a los enfermos y a los necesitados.

Luego, un día, Emilia abre su propio refugio para mujeres ancianas, enfermas y solas, y es así como durante quince años, de 1828 a 1842, se consagra a ayudar a estas personas que sufren.

Un buen día, monseñor Ignace Bourget, entonces obispo de Montreal, quien se encontraba de viaje en Europa, tiene la idea de solicitar a algunas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl que asumieran la dirección de la obra de la señora Gamelin, pues, si un día ella llegara a faltar, le preocupaba qué sucedería con esa obra tan necesaria.

A su regreso, él pone al tanto de su proyecto a su «fiel diocesana», quien, sin ofuscarse en absoluto ante esta decisión que parecía querer quitarle lo que ella había emprendido de corazón, y que progresaba desde hacía quince años, se interroga sobre su futuro. A su parecer, ella no estaba llamada a la vida religiosa, pero sí deseaba seguir entregándose.

Durante una reunión con monseñor Bourget, ellos oran juntos y Emilia encuentra el camino para el que cree haber sido llamada, y su obispo lo aprueba: Emilia pronunciará sus votos para proseguir su entrega…

El 2 de febrero de 1842, a los casi 42 años de edad y en presencia de monseñor Bourget, Emilia pronuncia su voto privado «de vivir el resto de mis días en una continencia perfecta […] y de Servidora de los pobres en tanto mis fuerzas me lo permitan».

En esta Jornada de la Vida Consagrada, instituida por el papa san Juan Pablo II, nos sentiremos seguramente muy felices de renovar nuestros propios compromisos como Hermanas de la Providencia, agradeciendo al Señor y a Emilia, quien escribiera: «Te agradezco oh Dios mío, la gracia de mi vocación a la vida religiosa, no eres sino tú solo, oh Dios mío, quien me ha inspirado este designio».*   ¡Jubilate Deo!

Yvette Demers, sp.†

Fallecida en agosto 2023, antigua vicepostuladora de la Causa Emilia Gamelin

El texto de los votos privados que Emilia pronunció en 1842 se encuentra en la página 152 del libro Émilie Tavernier-Gamelin, de Denise Robillard, Éditions du méridien, 1988.
*Notas de Retiros de Mère Émilie Gamelin, Colección Providencia, p. 42.