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Hermana Karin Dufault reflexiona acerca del tiempo en que desempeñó el cargo de líder congregacional

«No vivimos solas nuestras transiciones», enfatizó ella. «Otros están con nosotras. Podemos aprender de los demás, y lo estamos haciendo. He terminado estos diez años con la sensación de vivir una verdadera sororidad globlal».

Fecha de publicación: 11 de febrero de 2023, desde el sitio web de la Provincia Mother Joseph.

En el transcurso de su mandato como 18.a líder congregacional de las Hermanas de la Providencia, el cual acaba de concluir, Hermana Karin Dufault, sp., asumió desde el trabajo de revisión de las Constituciones y Reglas, hasta la lucha contra una pandemia mundial, y fue testigo de cómo la mano de la Providencia guía a la Congregación para vivir la Misión, bajo cualquier circunstancia.

«Servir como líder congregacional ha sido uno de los más grandes privilegios de mi vocación», declaró hermana Karin.  «Me voy con una nueva percepción de la importancia de la unidad al interior de la Familia Providencia –  hermanas, Asociadas y Asociados, personal, miembros de las familias, benefactores y colaboradores – y de la responsabilidad que tenemos de ser para el mundo un signo del amor Dios hacia todos».

Ahora, ella está de regreso en la Provincia Mother Joseph, viviendo la transición de su rol de liderazgo y preparándose para un año sabático antes de discernir su próximo ministerio. Se siente agradecida por estar de regreso y complacida por las numerosas y duraderas relaciones que entabló durante sus diez años en Montreal y en todos los países en donde las Hermanas de la Providencia, al igual que las Asociadas y los Asociados, están presentes.

«En ocasiones, el liderazgo planteó desafíos, pero siempre hallaba compensación en las abrumadoras expresiones de apoyo y de amor que recibía, especialmente en tiempos difíciles, y en la competencia de las miembros del comprometido Equipo de Liderazgo General, y de los Equipos de Liderazgo Provincial. El liderazgo congregacional es un deporte de equipo».

Hermana Karin, quien fue elegida por primera vez en 2012, no tarda en mencionar que el trabajo de la Providencia durante sus dos períodos empezó con iniciativas propuestas por su predecesora, hermana Kathryn (Kitsy) Rutan, sp., con la colaboración del Equipo de Liderazgo anterior.

«La primera consistió en un retiro congregacional, centrado en la escucha, el diálogo y el discernimiento contemplativos», explicó ella. «Dicho retiro, que tuvo lugar en cada una de las provincias, fue facilitado por hermana Nancy Sylvester, JHM, y sirvió de trampolín para muchas cosas que vendrían después».

La segunda iniciativa fue la exigencia que se les hizo a las hermanas en formación inicial de pasar, entre tres y seis meses, en una provincia diferente de la suya, para pasar luego, todas juntas, tres meses en Montreal. Este tiempo compartido con hermanas de otras lenguas y culturas, dijo hermana Karin, permitió la consolidación de las características que hoy describen a las Hermanas de la Providencia: internacionalidad, interculturalidad, intergeneracionalidad e interdependencia por el bien de la Misión

Hna. Karin Dufault (derecha) y miembras del Equipo de Liderazgo, durante la misa conmemorativa del 175.o aniversario

Estas dos iniciativas combinadas con otros eventos:  el 175.o aniversario de las Hermanas de la Providencia; la revisión y actualización de las Constituciones y Reglas, la elaboración del Directorio Congregacional de Formación Inicial y la devastadora pandemia de la COVID-19.  La secuencia generó un profundo impacto en la dirección de la Congregación.

En primer lugar, de acuerdo con hermana Karin, esta confluencia de lo planeado y lo inesperado permitió entender cuán cruciales son nuestras relaciones. La celebración del 175.o aniversario culminó en marzo de 2019, fecha igualmente prevista para concluir los trabajos de revisión y distribución de las Constituciones y Reglas. Para ser inclusivo, las traducciones del documento hacia inglés, francés y español, debían tener el mismo significado. Igualmente importante — aunque nadie lo sospechó en ese momento—  fue el hecho de que la Congregación empezó a utilizar el sistema de video por internet para que los miembros de la Familia Providencia que no podían estar presentes físicamente, pudieran participar en la celebración del 175.o aniversario. Hermana Nancy Arévalo y el equipo de comunicaciones aceptaron el desafío e hicieron que esto fuera posible.

Tal como lo sabemos ahora, el mundo entero estuvo a pocos meses de depender de las comunicaciones a través de video a medida que las muertes por la COVID-19 aumentaban y los confinamientos se volvían una norma. La celebración del aniversario le permitió a la Congregación adquirir una experiencia crucial acerca de cómo mantener relaciones cuando las personas no pueden reunirse físicamente.

«Esa utilización temprana del sistema de video nos permitió permanecer conectadas gracias a los encuentros congregacionales a través de Zoom, declaró hermana Karin, los cuales adquirieron gran importancia para todas las hermanas de la Congregación que, durante la pandemia, estuvieron aisladas.   Asimismo, hicimos un esfuerzo especial para mantener un contacto telefónico con las hermanas mayores.    Cada una de las miembros del Equipo de Liderazgo trató de estar en contacto con las hermanas de uno de los pisos de la enfermería de la Provincia Émilie-Gamelin, Pabellón Providencia».

La importancia de alimentar el sentimiento de unidad provino de otra fuente inesperada para hermana Karin: la incapacidad para celebrar los funerales de las hermanas fallecidas durante los confinamientos.

 Hermanas Karin y Marie-Thérèse Gnamazo con «Habitantes de los bosques» en Camerún.

«En Canadá se ordenó la cremación de todas las personas que fallecieron durante la pandemia, sin importar la causa, y hasta el momento en que pudimos celebrar una misa fúnebre, mantuvimos guardadas en nuestra capilla del segundo piso, las pequeñas cajas de madera que contenían los restos de nuestras hermanas.

Adquirí una nueva percepción de la Comunión de los Santos y del trabajo de miles de hermanas que allanaron el camino para nosotras en la realidad actual», dijo hermana Karin, quien además guardó, en un lugar de honor de su oficina en Montreal, una copia del obituario de cada hermana que, durante sus mandatos, pasó a la vida eterna.

Cuando ella asumió el cargo de líder congregacional, eran 619 las Hermanas de la Providencia, y al concluirlo, a finales de 2022, quedaban 315. Hermana Karin señala que en otras congregaciones se presenta la misma reducción del número de miembros, pero que Dios sigue llamando vocaciones para nuestra Congregación. En 2012, había nueve mujeres de votos temporales, y cuando hermana Karin concluyó su segundo mandato, había once.

Estas cifras, al igual que su trabajo con la Unión Internacional de Superioras Generales, le enseñaron a hermana Karin cuán importantes son la unión y la colaboración entre las hermanas, no solo al interior de la Congregación, sino a nivel global.

«No vivimos solas nuestras transiciones», enfatizó ella. «Otros están con nosotras. Podemos aprender de los demás, y lo estamos haciendo. He terminado estos diez años con la sensación de vivir una verdadera sororidad globlal».

Por lo que concierne al futuro, hermana Karin demuestra un firme sentido de optimismo que se fundamenta en hechos y en la confianza que tiene en las hermanas.

«Nuestras hermanas en formación son mujeres increíbles.  Nuestras formadoras y las hermanas que viven con les hermanas en formación están allanando el camino para fortalecerse, tal como las hermanas ya fallecidas allanaron el camino para nosotras y siguen inspirándonos.

Nos damos unas a otras, pero también somos un signo para un mundo que necesita con urgencia sanación», indicó hermana Karin. «La internacionalidad, interculturalidad, intergeneracionalidad e interdependencia, cualidades que nos esforzamos por alcanzar y demostrar, son parte del plan de Dios para el mundo entero. Podemos mostrarle al mundo un camino diferente compartiendo esta riqueza con otros, así como nuestra preocupación por las personas pobres y marginadas».

Hermana Karin en Chile con algunas estudiantes

Un nuevo liderazgo ha comenzado. Nuestro imperativo de Caminar hacia la unidad, que corresponde a uno de los desafíos planteados por el Capítulo General 2022, tiene como objetivo una gobernanza unificada para llegar a ser UNA sola entidad a finales de 2024.

«No solo el Equipo de Liderazgo Congregacional es responsable de este caminar», resaltó hermana Karin.   «Es responsabilidad de cada miembro de la Familia Providencia preguntarse cómo puede ayudar para que esa visión se convierta en una realidad». Las líderes deben vivir y demostrar esa unidad, pero cada una de nosotras tiene un rol para desempeñar».