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Partida de Madre Morin y 4 compañeras hacia Oregón, en 1852.

Este año hemos celebrado y difundido ampliamente la llegada de Madre Victoria Larocque, de hermanas Amable Dorion, María del Sagrado Corazón Bérard y Dionisia Benjamina Worworth, y de una hermana muy joven, Bernarda Morin, al puerto de Valparaíso el 17 de junio de 1853, lo que representa un momento histórico para las Hermanas de la Providencia. Pero la historia de cómo aquellas cinco misioneras partieron originalmente desde Montreal con destino a Oregón en los Estados Unidos, comienza un año antes, el 18 de octubre de 1852.

Apenas unos meses después de haber hecho profesión de votos, hermana Bernarda se ofreció para ir en misión al oeste norteamericano. Sus padres se mostraron reticentes. Su hija apenas tenía diecinueve años y el viaje era largo y penoso. Pero gracias a su vocación y compromiso, hermana Bernarda logró convencerlos.

Días antes del viaje, las cinco hermanas se reunieron para ultimar los preparativos. Junto a sus cuatro compañeras, hermana Bernarda se alistaba rumbo a una expedición llena de peligros, armada de resignación y amor. Mientras revisaban la ruta hacia Oregón, el presbítero Alejo Federico Truteau señaló un punto remoto en el mapa y pronunció el nombre de ese territorio en voz alta: Chile. Luego, le preguntó a hermana Bernarda si estaría dispuesta a ir a ese país. Ella respondió unas palabras que contenían su destino: «No quiero ir más allá de lo que me pide la obediencia».

Al responder esta pregunta lanzada aparentemente al azar, Madre Bernarda apenas podía anticipar la manifestación profética de la Providencia que no sólo la enviaría a Chile, sino que la convertiría en la fundadora de muchas obras que todavía el día de hoy continúan sirviendo a las personas más necesitadas en aquel país, ya no remoto y querido de nuestra Congregación.

Fuente: ¿Le gustaría a Ud. Sor Bernarda ir a Chile?, Colección Providencia, núm. 12