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Día del Recuerdo

En los tiempos convulsos que vive el mundo, es importante resaltar la vocación por la paz de nuestra fundadora la Beata Emilia Gamelin y de nuestra Congregación. Fue precisamente en el contexto de la Segunda Guerra Mundial donde se registró por primera vez el himno que hasta el día de hoy acompaña a las Hermanas de la Providencia en sus ruegos por la paz mundial, tal y como lo recoge el Petit Journal de la Providence del año de 1942:

Súplica a la Providencia.— Hasta el fin de la guerra, a petición expresa de nuestra Madre General, Madre Práxedes de la Providence, recitaremos las siguientes invocaciones a la Providencia después de las decenas del mediodía y de la tarde: «Providencia de Dios, creo en ti; Providencia de Dios, espero en ti; Providencia de Dios, yo te amo con el corazón: Providencia de Dios, muchas gracias te doy. Esperamos que estas invocaciones, repetidas con ferviente confianza en todas nuestras casas religiosas y por centenares de Hermanas de la Providencia, no dejarán de tocar el corazón paterno de Dios y atraerán abundantes gracias de protección, salvación y paz a nuestra querida Comunidad y a todo el universo. Cuanto más repitamos estas hermosas invocaciones con fe y amor, más sentiremos una sensación de profunda seguridad, pensando que estamos en las manos de la divina Providencia, que vela por nosotros con especial atención. Bajo su protección poderosa y amorosa, todo lo que nos sucede solo puede ser para la gloria de Dios y para nuestro mayor bien.*

Hasta el día de hoy, en muchas partes a lo largo de nuestra comunidad, la familia Providencia reza por el fin de los conflictos armados en el mundo.

Fuente: Pequeño Diario de la Providencia, 1942