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Paz en la Providencia – Día Internacional del Migrante

Al reflexionar sobre el destino de nuestras hermanas y hermanos migrantes en su día, observo con consternación que su situación casi no ha cambiado. Las olas migratorias en todo el mundo continúan y van en aumento. Los conflictos, la falta de oportunidades, e incluso la pobreza extrema, obligan a miles de personas a abandonar su «hogar».

Siguiendo al papa Francisco, que mira hacia la humanidad firmemente convencido de que somos todos iguales, como hermanas y hermanos, todas y todos hijas e hijos de Dios y, por tanto, hemos recibido el llamado fundamental y radical de vivir en unidad y de amarnos recíprocamente, sin fronteras. En la encíclica «Fratelli tutti» el papa aboga por una fraternidad abierta que, respetando las diferencias, priorice el diálogo por encima de toda forma de exclusión. El diálogo vence las barreras del corazón y de la mente, abre espacio al perdón y fomenta la reconciliación. Además, el propósito de la encíclica es saber cómo construir un «nosotras», cómo volver a cimentar la vida en común. El papa nos invita a practicar la concordia para lograrlo. Hoy en día, construir este «nosotras» es, de hecho, una cuestión de supervivencia para nuestro planeta. Es también un punto de partida para nosotras, Hermanas de la Providencia, que se traduce en la unidad que deseamos para nuestra Congregación.

Desde este punto de vista, resulta significativo que el papa haya elegido la parábola del Buen Samaritano. No se trata de identificar quién está más cerca de mí, quién es «mi hermano» o «hermana», quién es el sacerdote, el levita o el samaritano, sino de comprender a quién debemos acercarnos, de quién debemos sentirnos hermanos y hermanas. Es una diferencia importante, porque es un llamado a la corresponsabilidad hacia nuestras comunidades y hacia el mundo.

Si queremos que el derecho fundamental de toda persona a una vida digna se convierta en una realidad, debemos luchar contra el virus del individualismo que se propaga activamente.

En resumen, el papa define esencialmente, para beneficio de la Familia Providencia, una fraternidad y sororidad abierta, en la que cada persona es reconocida, valorada y apreciada, sin importar su proximidad física, lugar de nacimiento o residencia. Como se dice en las conclusiones fundamentales de Fratelli Tutti: Lo que está claro es que necesitamos considerar nuevos sistemas de inclusión, imaginar nuevas ideas, construir nuevos caminos. La única manera de lograrlo es abrir nuestros corazones y actuar en unidad, para instaurar la justicia, la dignidad, la solidaridad y el bien común.

¡Feliz Navidad en sororidad con el niño Emmanuel, Dios con nosotros!