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La Divina Misericordia

El pasado domingo 7 de abril se celebró el Domingo de la Divina Misericordia. Instituido por el santo papa Juan Pablo II en 2000, esta celebración, reservada para el segundo domingo de Pascua, nos permite reflexionar sobre el significado de la Resurrección de Cristo en nuestras vidas. El Hijo de Dios murió y resucitó al tercer día para que nosotros tuviéramos vida en su nombre. Pero ¿qué significa «tener vida»?

Durante su mensaje dominical, el papa Francisco presentó dos posibles salidas ante esta interrogante. Por un lado, hay quien cree que la vida es una carrera frenética guiada por el consumismo y la búsqueda del máximo placer. Sin embargo, según lo explicó el sumo pontífice, dicho camino está lleno de insatisfacciones y no conduce a la felicidad.

Por otro lado, para quienes buscan la verdadera plenitud: «Basta con fijar la mirada en Jesús crucificado y resucitado, encontrarlo en los Sacramentos y en la oración, reconocerlo presente, creer en Él, dejarse tocar por su gracia y guiarse por su ejemplo, experimentar la alegría de amar como Él. Cada encuentro vivo con Jesús nos permite tener más vida».[1]

El papa Francisco cerró su mensaje con una reflexión sobre las guerras en el mundo actual que atormentan, entre otros, a Ucrania y Palestina, en donde hizo llamado a los líderes políticos a negociar y buscar una paz duradera que beneficie a todas las naciones y pueblos.

Guiada por la Misericordia Divina, la Familia Providencia busca ser para cada ser desposeído de su dignidad, el rostro humano de la Providencia.

[1] https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2024-04/papa-alocucion-previa-regina-caeli-divina-misericordia-pascua.html