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Caminos de vida, caminos de gracia…

La Providencia vela, aunque nosotras no estemos plenamente conscientes.

Hice mi curso de servicio social en los años 70 y luego trabajé en el Hospital Maisonneuve-Rosemont durante tres años. En mi provincia, me pidieron que fuera a Moffet, Témiscamingue, Québec, para encargarme de la pastoral parroquial. Entonces Jesús me dirigió su Palabra: «Ustedes no me eligieron a mí; soy yo quien los eligió a ustedes». Estas palabras me reconfortaron y me dieron el impulso necesario para aceptar este nuevo reto.

Siempre he orientado mi vida respondiendo a los llamados del Señor. En 1977, con la hermana Ghislaine Landry y Jérôme St-Pierre, O.M.I., fundamos el Café Chrétien Centre-Sud, en la calle Sainte-Catherine Este, en Montreal. Fueron años hermosos en los que pude anunciar a Jesucristo y a la vez, conocer y amar a los jóvenes. En 1979, se me pidió que ayudara a organizar otro Café Chrétien en la ciudad de Longueuil.

En 1984, Hermana Claire Lehoux, trabajadora social, empleada del CSSMM*, me pide ayudar en el “proyecto” de historias biológicas y reencuentros. Esta experiencia de dos años me ha causado gran alegría, porque me sentía un instrumento de consuelo y paz para las madres que buscaban a sus hijos y para los niños que buscaban a sus madres. A menudo invocaba a Emilia para que nos ayudara a encontrar a los niños y a las mamás.

De 1985 a 1987, fui responsable de la formación de aspirantes y novicias en Montreal. En 1987, completé mi licenciatura en Pastoral, opción Consejería. Fui nombrada Consejera Provincial y Superiora Local de la comunidad ubicada en la calle Plessis, donde ejercí un ministerio de acompañamiento humano y espiritual para parejas, familias, jóvenes y personas con dificultades. Para mí fueron años muy hermosos que me enriquecieron, porque pude constatar la acción de la Providencia en los corazones.

En 1991, con Claire Paquette, Asociada Providencia, fundamos un centro diurno para mujeres, Entraide Émilie, ¡Qué hermosa experiencia de fe, de confianza en la Providencia y de fraternidad, hasta el 2003! Esta organización estaba situada en la calle Saint-Urbain, en la esquina con la calle Bernard, por lo tanto, en «Tierra Providencia». El Señor no deja nada al azar, como suelo decir.

Desde 2002, pertenezco a la Residencia situada en la calle de Chambly, donde disfruto de momentos llenos de fraternidad en un ambiente donde la ayuda mutua está siempre en primer plano. En junio de 2011, el Consejo provincial pidió a las miembros de nuestra Comunidad compartir nuestros locales para que se convirtieran en la sede del noviciado, lo que aceptamos con alegría a pesar de los obstáculos y desafíos. Puedo decir que es una gran bendición que el Señor nos ha concedido, porque nosotras, que nos hacemos mayores, nos encontramos con las jóvenes novicias que, como nosotras, desean entregar su vida a Dios y continuar la Misión de Emilia Gamelin en el corazón de la Iglesia. Las jóvenes novicias nos comunican su entusiasmo y alegría, y nosotras les ofrecemos nuestra sabiduría y amistad. En 2018, el Equipo de Liderazgo General solicitó a la Provincia que yo fuera miembro del Comité del 175o. Aniversario de la Congregación, lo que acepté con gusto, ya que Emilia está en mi corazón. Fue una experiencia inolvidable de fe y de compartir en comunidad. En 2020, formé parte del Equipo de formación vocacional por un período de un año y luego se me pidió que fuera la responsable provincial de las Asociadas y Asociados Providencia de la Provincia Émilie-Gamelin. Con alegría acepté este ministerio para servir a la Iglesia y a la Congregación. Hoy, la Providencia vela y necesita laicos que comuniquen su llama en nuestro mundo.

Lucille Vadnais, sp.

*Centro de servicios sociales del Montreal Metropolitano